domingo, 1 de mayo de 2016



EULOGIO QUIÑONES, EL TARMEÑO DEL COMBATE DEL DOS DE MAYO

Dr. Moisés Tacuri García

Cirujano del Hospital de Tarma

Docente de La Universidad Daniel Alcides Carrión



“Nadie puede tener razón si es contra el Perú”

Andrés Avelino Cáceres.(2)



02 de Mayo de 1866, 12 : 10 pm, la Armada Española empieza a abrir fuego contra los buques peruanos y de las naciones aliadas así como la artillería apostada y fijada en las costas del Callao, Mariano Ignacio Prado El “Jefe Supremo”(Presidente De Facto que había derrocado al inefable anterior Presidente peruano Juan Antonio Pezet, por haber firmado un denigrante Tratado de Vivanco-Pareja donde aceptaba los requerimientos de España, hecho que indignó al Perú entero ), sale del arsenal y se dirige a las Baterías del sur, el fuego empieza a tornarse encarnizado, los proyectiles de los buques españoles al impactar en las pedregosas orillas del callao hacen que estas se conviertan en miles de proyectiles más que impactan en los cuerpos de los defensores del Perú quitándoles la vida, este fue el marco donde un gran Tarmeño formaría parte de una de las páginas más gloriosas de nuestro país..


En 1863, parte de la armada Española encubierta en una llamada “Expedición Científica”, por orden de la Reina lsabel II, había llegado a las costas de América, su objetivo era recuperar de alguna forma su Hegemonía y cobrar una deuda pendiente. La llamada “Expedición Científica”,  no era sino un grupo de Buques de Guerra encubiertos (pues cada uno de ellos tenía una gran cantidad de cañones en sus instalaciones), el cual develó sus verdaderas intenciones al Bombardear inicialmente el puerto de Valparaíso y posteriormente tomar posesión de las islas de Chincha (El 14 de Abril de 1864), que en ese entonces eran Islas ricas en guano de Isla, cuyos precios en Europa eran sumamente rentables económicamente. España argumentó la toma de posesión de esta isla, por un impago por parte del Perú por la independencia, según lo prescrito en la Capitulación de Ayacucho y además una suma ascendiente a tres millones de pesos por los gastos que la escuadra Española hizo movilizándose hasta nuestras costas (4).



Efectivamente dicha acta de la Capitulación de Ayacucho, se firmó en el mismo campo de Batalla de Ayacucho un 09 de diciembre de 1824, por los jefes del Ejército de la Unión (Antonio José de Sucre) y el Jefe de las tropas realista (José Canterac) cuyo artículo 8 decía textualmente : “… El Estado del Perú reconocerá la deuda contraída hasta hoy por la hacienda del gobierno español (equivalente hoy en día al ministerio de Economía N.deR.) en el territorio. El Congreso del Perú resolverá sobre este artículo lo que convenga a los intereses de la república…”(3).


Lo cierto es que en ese entonces, aquel dos de mayo de 1866, la costa peruana del Callao era bombardeada incesantemente por la armada Española.

Para defender el callao se había organizado e instalado en la Costa Chalaca una seria de baterías o cañones que se repartieron por partes iguales al norte y al sur de la población. Los barcos de guerra de que se disponía, Convenientemente armados, permanecieron en el centro del dispositivo defendiendo la población misma como baterías flotantes. Además, se había lanzado al flote algunas minas más ingeniosas que eficaces, formadas por barriles de pólvora con mixtos detonantes.

La comandancia general de las “Baterías del Norte” estaba desempeñada por el coronel José Joaquín Inclán, quien mandaba las siguientes organizaciones defensivas, enumeradas de norte a sur:

Batería de la “Independencia”, a órdenes del Coronel Mariano Delgado de la Flor, compuesta de seis cañones cortos de 32.

Torre de “Junín”, mandada por el Sargento Mayor Tomas Iglesias, compuestas de dos cañones Armstrong de 500 libras con blindaje de planchas de fierro; en esta torre se hallaba el comandante de las baterías del norte.

Batería  “Pichincha” al mando del Teniente Coronel Melchor Delgado, con cinco cañones largos de 32.

Fuerte “Ayacucho”, Teniente Coronel Andrés A. Cáceres con dos cañones Blackley de 450 y espeso parapeto de tierra.


Comandancia general de “Baterías del Sur”, estaba confiada al coronel Manuel G. de la Cotera, quien mandaba las siguientes baterías:

“Cañón del Pueblo” cerca de la estación del ferrocarril, a órdenes del capitán de Fragata Hercilio Cabieses, sistema Blackley de 450, que había sido montado en 24 horas con la ayuda precisamente de todo el pueblo entusiasta y patriota.

Batería “Provisional” bajo el mando del capitán de corbeta José Sánchez Lagomarsino, con cinco cañones largos de 32.

Batería “Maipú”, coronel Ruperto Delfín, con ocho cañones largos de 32.

  Batería “Chacabuco”, teniente coronel Miguel Rodríguez, con un cañón de 68 y seis de a 32 cortos.

Fuerte “Santa Rosa”, capitán de fragata Guillermo Jhone con dos Blackley de 450 libras; en este fuerte se hallaba el Coronel Manuel G. de La Cotera.

Torre de “La Merced”, giratoria, blindada, de dos cuerpos, que estaba bajo el mando del Coronel Enrique Montes, con dos cañones  Armstrong de a 300 (llamados Pieza de la Derecha y Pieza de la Izquierda). , donde se encontraba También José Galvez Egúsquiza (Secretario o Ministro de Guerra), desde donde dirigía a todas las escuadras Peruanas (Esta torre pasaría a la posteridad como más adelante referiremos, uno por que fue el lugar donde se inmoló José Galvez y por otro lado fue la torre donde se ubicó y prestó sus profesionales servicios un patriota tarmeño, el Mayor del Ejército EULOGIO QUIÑONES).

Batería “Abtao”, Teniente Coronel Benito del Valle, con siete cañones largos de  a 32.

En fin, la batería “Zepita” que hacia frente a la Mar Brava y que a órdenes del coronel José A. Morón, disponía de dos cañones de a 68 y cuatro largos de a 32.

Los barcos, que formaban el centro de la línea como baterías móviles, estaban a órdenes del capitán de Navío Lizardo Montero y eran los siguientes:

Vapor de guerra “Tumbes”, de madera, en el que asistió al combate el jefe de la flotilla; 250 toneladas, dos cañones de a 32.

Vapor “Loa”, de madera, al que se le había construido en el Callao un blindaje de circunstancias adosando rieles a sus bordas; 700 toneladas, un cañón de 110.

Vapor “Victoria”, de madera, acorazado con rieles, y construido íntegramente en el Callao, habiéndosele adaptado una maquinaria de locomotora, este pequeño monitor estaba dotado de espolón, tenía solo sesenta centímetros de altura en la borda y montaba un cañón rayado de 68 en una torre giratoria.

En el puerto se encontraba, además, los vaporcitos, “Colón” y “Sachaca”, de madera, armados cada uno con dos cañones de pequeño calibre.

Para rechazar un probable desembarco, las tropas de que disponía Prado en Lima y sus alrededores, se agruparon cerca del Callao, en la región de las Chacritas, a órdenes del general Buendía. Los batallones que formaban este agrupamiento eran los siguientes:

“Ayacucho”, “Granaderos” “Legión Peruana”, “Yungay”, “9 de Marzo”, “Independencia”, “28 de Febrero”, “Cazadores del Cuzco”, “Cazadores de Cajamarca”, “Huánuco” ,“Puno” ,“Trujillo” “Zepita”, “América”, “Arequipa”, “Punyán”, “Iscuchaca”.

La caballería se hallaba reunida cerca de Bellavista, la formaban los siguientes regimientos: “Húsares de Junín”, “Coraceros”, “Lanceros de Chiclayo” ,“Lanceros de Cuzco” ,“Lanceros de la Unión”.

Más próximas al Callao, y cubiertas del cañoneo por las casas de la población, se encontraban varias compañías de bomberos algunas improvisadas, listas para combatir los incendios que pudieran producirse.

En conjunto de la defensa era dirigido por el coronel Dictador (Mariano Ignacio Prado) que permaneció en los castillos del Callao (1).

Dice José Celedonio Urrea en su Libro “Una página gloriosa para la historia del Peru, El 2 de mayo de 1866” : “…Débiles en extremo eran estos medios de defensa, comparados con la poderosa escuadra invasora. Parecía imposible resistir, con soldados inexpertos para esta clase de ataque, con dos pequeñas torres sin cubierta colocadas con precipitación, algunas baterías improvisadas en playa pedregosa y sin más abrigo para el artillero que algunos sacos de tierra, y tres pequeñísimos buques de que nuestros adversarios siempre habían hablado con desprecio. Teníamos sin embargo en abundancia, lo que a ellos faltaba : justicia y entusiasmo…”(5).

 La participación extranjera en el combate fue muy importante porque se unieron en defensa del territorio peruano soldados ecuatorianos, chilenos, bolivianos y hasta mexicanos, cuyos intereses también estaban en juego.

Las fuerzas españolas que obedecían a Méndez Núñez, estaban formadas por las siguientes unidades navales:

Fragata blindada “Numancia”, capitana de la escuadra, comandante Juan Antequera, 40 cañones.

Fragata “Villa de Madrid”, comandante Alvar Gonzales 50 cañones.

Fragata “Almanza”, comandante Victoriano Sánchez, 52 cañones

Fragata “Resolución”, comandante Victoriano Carlos Valcárcel, 42 cañones.

Fragata “Blanca”, comandante Juan Topete, 68 cañones

Fragata “Berenguela”, comandante Manuel de la Pezuela, 30 cañones.

Corbeta “Vencedora”, 3 cañones, “Consuelo”, “Victoria”,  “Cousiño”, “Maule” de dos cañones y varios veleros empleados como transportes.

La escuadra española disponía en total de cerca de 300 cañones, siendo los de mayor calibre, en las fragatas de madera, de 68 libras.

En resumen la Armada Española sumaba 270 cañones mientras que la defensa Peruana sumaba 69 cañones (56 en tierra y 13 en los Buques).

En la primera hora de combate uno de los Blackley del fuerte ’’Santa Rosa’’ se imposibilitó para continuar el fuego. En la torre de ’’La Merced’’ un cañón Armstrong se inutilizó,  por defecto de los compresores de la pieza que, haciéndole perder su carril, impedían que esta volviera a su posición de tiro; los artilleros de la torre se encontraban componiendo el montaje de esa pieza, mientras la otra continuaba el fuego sobre las fragatas que se hallaban o 800 metros, cuando una bomba disparada por uno de los barcos españoles se introdujo por el pequeño espacio de una puerta y cayó sobre un amontonamiento de saquetes de pólvora que los “pasa cartuchos” habían formado junto a la pieza descompuesta para facilitar y acelerar sus tiros tan pronto como se encontraba expedita. Esta es la bomba que hizo deflagar la pólvora de los saquetes provocando una formidable explosión, que se oyó a las doce y cincuenta, y que destruyo la torre, mató e hirió a muchos de sus ocupantes entre los que se encontraba el Ministro de guerra Coronel José Gálvez Egúsquiza (1).
(José Gálvez Egúsquiza, esposo de Angela Moreno, mártir del combate del dos de mayo)
Refiere José Celedonio Urrea en su libro, con respecto a lo que sucedió luego de la explosión (5) : “…Despues de la explosión, la torre y sitios inmediatos, ofrecian a la vista el terrible cuadro de una masa deforme de miembros palpitantes, sangre, ceniza, tierra y retazos de uniformes. Los alaridos, de los estropeados ó abrasados por el incendio, eran desgarradores. Por fortuna los jóvenes que se habian asociado para prestar auxilios en casos de esta naturaleza, acudieron al instante por entre las balas del enemigo, y prestaron oportunos servicios (3). De entré esa horrorosa mezcla de tierra y de cadáveres destrozados, mas tarde se extrajeron los de Galvez, Borda y Salcedo. El de Galvez estaba medio carbonizado; en su semblante se notaban cierta bravura, con que parecía desafiar, á nuestros enemigos. De Borda solo se encontró una mano sosteniendo todavía con firmeza el anteojo con que habia dado direccion á los cinco tiros que se habia disparado de la torre. El capitán D. Juan F. Salcedo, natural de Chile, era  un buen oficial; al estallar en el Perú la revolución, se habia agregado á ella- con licencia de su gobierno ; prestó servicios á la causa de los pueblos", y quiso concluir sus nobles propósitos muriendo al pié de uno de los cañones destinados a vengar el ultraje de Valparaiso. Su semblante revelaba la serenidad del que está resuelto á morir por la libertad. Montes y Alarco, jóvenes valientes y entusiastas; no fueron encontrados sus restos; pero han dejado esculpidos sus nombres con caracteres indelebles, entre los de los héroes del 2 de Mayo..."

En el lado del norte, un poco antes de la explosión de “La Merced” se produjo la retirada de la Isla de san Lorenzo del Buque Español “La villa de Madrid”, que habiendo sufrido una seria avería se hizo remolcar por la “Vencedora”, abandonando el combate. A la 1 y 30 p.m. la “Berenguela” encendida y haciendo agua por los certeros disparos de las baterías del norte y de la torre de “Junín”, se retiraba para no regresar. A partir de ese momento solo quedo en el norte la “Vencedora” de regreso del remolque y la “Almanza”, desplazada hacia la división del sur.

A la 1 de la tarde, la escuadrilla peruana, avanzo hacia las fragatas a obligarlas a que tomaran mayor distancia y para aliviar el combate de las baterías. Sus proyectiles tocaron a la “Blanca” y a la “Almanza” haciéndolas virar y alejarse algunas centenas de metros. Como al mismo tiempo un grueso proyectil toco a la “Numancia” todas las fragatas se retiraron y el fuego decayó en intensidad. En estas circunstancias la “Blanca” aprovecho para dirigirse a prestar auxilio a la “Berenguela” que estaba navegando pesadamente hacia San Lorenzo: cuando volvió “Blanca” sostuvo el fuego algún tiempo pero recibió un proyectil de grueso calibre que puso fuera de combate a Méndez Núñez, ya herido en este momento, 3 de la tarde la escuadrilla peruana hizo una nueva salida que solo afronto la “Numancia” amparada por su blindaje, en tanto que la “Resolución”  y la “Almanza” se retiraron regresando, una hora cuando los barcos peruanos habían vuelto a guarecerse bajo los cañones del puerto.

A las 4 de la tarde solo hacían frente a las baterías del sur la “Numancia”, “Resolución”  y la “Almanza” que se retiró un largo rato para apagar un incendio declarado a bordo. Frente a las baterías del norte se encontraba la corbeta “Vencedora” a competente distancia haciendo algunos disparos aislados.

Poco después de las 4 la “Almanza” recibió a popa un proyectil de grueso calibre que destruyo el alcázar  del capitán y toco la maquinaria, obligándola a desplegar sus velas para alcanzar La isla San Lorenzo (donde ulteriormente se construiría el penal del Frontón N.deR.).

A las 4 y 40 la “Resolución” vio y se dirigió inclinada sobre una banda de la isla, siguiéndola poco después la “Numancia”, precedida por la “Vencedora” que rompió el combate a las 4 y 50 de la tarde.

Las baterías peruanas tuvieron 65 muertos y cerca de 150 heridos, mientras que las fuerzas Españolas tuvieron 43 muertos, 83 heridos y 68 contusos, quedando la mayor parte de sus embarcaciones inutilizadas y su comandante General Mendez Nuñez, herido, por lo que procedieron al retiro de la flota, asumiendo su derrota.

La relación de muertos de la Torre “La Merced”,( Donde se ubicaban José Galvez y el tarmeño Eulogio Quiñones ) según el parte del comandante de la Baterías del Sur, Coronel Manuel G. de la Cotera, fue como sigue , según Copia textual del Libro de José Celedonio Urrea (5) :

Relación de los señores jefes, oficiales, tropa y demás ciudadanos, que han muerto ó se hallan heridos, á consecuencia de! combate del día de la fecha.

MUERTOS.

Señor Secretario de Guerra, coronel don José Galvez.

Comandante de la Torre de la Merced, coronel graduado don Enrique Montes.

Coronel—D. Miguel Zamora.

Ingeniero—D. Cornelio Borda.

Sargento Mayor graduado—Andres Vigil.

Capitan—Juan J. Salcedo (Jefe inmediato de Quiñones N. de R.).

Teniente—Florencio Olazo.

Subtenientes—Manuel D. Cortés, Dámazo Quispe Paredes.

Alferez de fragata—N. Villamac.

Subteniente—N. Galindez.

Cabos segundos—Manuel Canchari, Andres Salas.

Soldados—Pedro Escobar, Donato Puma, Koman Ceballos, Santiago Cervantes.

Marineros—Francisco Hurtado, Jacinto Loreto, Miguel Hualanchano.

Paisano —D. Antonio Alarco.

Cuatro paisanos cuyos nombres se ignoran (5).



De este parte se puede inferir que el Capitán Tarmeño Eulogio Quiñonez sobrevivió a la hecatombe de la Torre de “La Merced”.

Las naves españolas permanecieron en San Lorenzo reparando sus averías y dando sepultura a los muertos. Hasta el 10 de mayo en que abandonaron el pacifico para dirigirse a España tomando rumbo a Filipinas y Magallanes, donde tuvieron un penoso regreso, que es parte de otra historia.

La participación de nuestra ciudad de Tarma en este Combate decisivo para preservar la independencia de nuestra patria, fue indirectamente a través del Coronel José Galvez Egusquiza, militar Cajamarquino, casado con la matrona Tarmeña Doña Angela Moreno de Galvez, y que estaba al mando de toda la operación militar combinada de las fuerzas de artillería del Ejército y de la Marina, en su cargo de Secretario de Guerra o ministro de Guerra cargo conferido por el Presidente Mariano Ignacio Prado.  José Galvez Egúsquiza como se sabe, se inmoló aquel Dos de Mayo de 1866 en plena acción de armas, al Volar “La torre de la Merced”.
Sin embargo Tarma también estuvo presente por acción directa de uno de sus hijos en este Combate, pues nuestra Provincia, siempre fue cuna de patriotas y héroes, mas nosotros como tarmeños no hemos sabido aquilatar, conocer de ellos,  ni darles el reconocimiento que se merecen a muchos de ellos, tal es el caso de un personaje, creo yo, totalmente desconocido para Tarma, pero que fue uno de los vencedores del Glorioso Combate del 2 de Mayo de 1866, me estoy refiriendo al Mayor Eulogio Quiñones, cuyos restos yacen en nuestro Cementerio General de Tarma, en el CUARTEL 3 “SAN VICENTE”, Nicho A-13 , que lo descubrí por esas casualidades de la vida, soldado Tarmeño cuyo nombre ha de perennizarse a partir de ahora.



En la tumba de Eulogio Quiñones, reza un epitafio, que textualmente dice :  “EULOGIO QUIÑONES, MAYOR DEL EJERCITO, VENCEDOR DEL 2 DE MAYO, 5 DE SETIEMBRE DE 1910, RECUERDO DE SUS HIJOS”.

Estado actual de la tumba del Benemérito Hijo de Tarma
Mayor del Ejército Eulogio Quiñones luego de la refacción del nicho.
Tumba del mayor Eulogio Quiñones, donde se lee nítidamente
su participación en la Gesta del Dos de Mayo de 1866.

Nicho del mayor del Ejército Eulogio Quiñonez, cuando fue descubierto
fortuitamente, luego de muchos años donde pasó inadvertido, antes de
mandarlo a refaccionar.
A partir de este hallazgo, fortuito para nosotros, indagando en la Bibliografía existente encontré datos muy interesantes en el Libro ““Una página gloriosa para la historia del Perú:  El 2 de mayo de 1866” de José Celedonio Urrea, con fecha, Lima Mayo 6 de 1866 (5), donde existe un documento oficial N° 3, escrito por el Coronel Juan Espinoza, que textualmente dice el título : “ Relación nominal de los empleados de la Secretaría de Guerra y Marina que estuvieron en el glorioso Combate de 2 de mayo del presente año, desempeñando diversas comisiones “, líneas abajo se encuentra el nombre de los diversos oficiales que estuvieron presentes en dicha gesta, y es en esta nómina donde encontramos otras referencias que dicen :  “…Dn. Eulogio Quiñones, oficial calígrafo, capitán ayudante del comandante de la Torre de la Merced…” (5). Ello significa que nuestro paisano estuvo nada menos que al lado del héroe peruano José Galvez Egúsquiza y bajo las órdenes del Comandante de la Torre de La Merced, el Coronel Enrique Montes, como se sabe un proyectil impactó dicha torre, alcanzando el polvorín y los sacos de pólvora que estaban apilados al pie de los cañones, volando en pedazos José Galvez, Enrique Montes y varios defensores más, sin embargo por esos designios de la vida, Eulogio Quiñones sobrevivió a este episodio bélico donde nuestro país se alzó con un triunfo sobre la Armada Española, esto se concluye de otro parte realizado por Manuel G. de La Cotera, Comandante General de las Baterías del Sur (Baterías donde se encontraba la Torre de La Merced y se hallaba nuestro Conciudadano Eulogio Quiñones),   parte realizado en el Callao, el mismo 2 de Mayo de 1866, donde Eulogio Quiñones no figura en la lista de heridos y obviamente en la lista de muertos.

Hay otra constancia oficial que reafirma que Eulogio Quiñones estuvo presente aquel día en la torre de la Merced (la cual tenía dos cañones llamados la pieza de la derecha y la pieza de la izquierda) , dato fidedigno que consta en otro parte del mismo Manuel G. de La Cotera el cual titula : “…Relación nominal de los señores jefes, oficiales y demás individuos que se hallaron presentes el glorioso 2 de Mayo en la Torre de la Merced…”, en el rubro de capitanes dice: “…Capitanes --- Juan F. Salcedo, comandante de la pieza de la izquierda y EULOGIO QUIÑONES, ayudante…”(5).  (Según la lista de los fallecidos en combate, arriba mencionado,  Juan Salcedo (Jefe inmediato de Quiñones) murió al estallar el polvorín de la Torre “La Merced” mas Eulogio Quiñonez sobrevivió.


Parte oficial del Comandante de las Baterias del Sur
General Manuel de La Cotera, el cual corrobora la
presencia del Tarmeño Eulogio Quiñones en la
"Torre de La merced"
La Torre de la Merced y sus respectivos cañones, se encontraba dentro del grupo de las Baterías del Sur, era una torre blindada (Lo que explicaría porque José Galvez Egúsquiza como Ministro de Guerra se ubicó allí) , contaba con su polvorín y oficinas subterráneas, sus dos cañones eran cañones fijados en tierra manejado por marinos y efectivos del Ejército, como fue el caso de nuestro ilustre paisano Eulogio Quiñones, que estuvo al mando de Juan F. Salcedo en calidad de apoyo con la Pieza o Cañón de la “Izquierda”, Eulogio Quiñones escuchó el ruido ensordecedor de la bomba disparada por la escuadra Española e igualmente vivió momentos de angustia y emociones intensas cuando dicho proyectil impactó en los pequeños sacos o saquetes de pólvora instalados al costado de los cañones, produciéndose una gran explosión donde perdió la vida el Ministro de Guerra José Galvez Egúsquiza y varios patriotas más. Si bien es cierto nuestro paisano de oro no murió en este descomunal combate, si fue todo un héroe, fue un gran patriota que no escatimó poner en juego su vida con tal de defender a nuestro Perú.

Eulogio Quiñones fue un gran Tarmeño, pues retornó a su amada Tarma, no sin antes recibir una honrosa condecoración que el Gobierno peruano puso en su pecho a nombre de los Defensores Calificados de la patria, esta condecoración fue una medalla impuesta por el  mismo Presidente Mariano Ignacio Prado, por haber tenido la valentía de exponer su vida en defensa del Perú, medalla llamada justamente “Medalla de la Victoria”. Fue ascendido al grado de Mayor por su meritoria participación en este Glorioso Combate.
Medalla impuesta al Mayor del Ejército Eulogio Quiñonez
por el presidente Mariano Ignacio Prado, antes de su regreso definitivo
a la tierra que lo vió nacer, Tarma.
Una vez licenciado del Ejército, ya afincado otra vez en Tarma, falleció al cabo de varios años, un 5 de Setiembre de 1910 en nuestra ciudad, para cubrirse de olvido,  hasta encontrar hace muy poco su tumba,  que clama por una reivindicación y desagravio de parte de todos nosotros como ciudadanos Tarmeños, pues lo menos que se puede hacer para con tan insigne personaje, es rendirle un homenaje póstumo y que se institucionalice cada año una romería de las autoridades, ciudadanos y escoltas de los colegios a su tumba así como presentes florales, pues tan ilustre tarmeño para orgullo y paradigma nuestro… dignamente se lo merece. .

Vivan los Héroes del dos de Mayo !!!

Viva el Mayor E.P. Eulogio Quiñones !!!

Viva la Artillería peruana !!!

Viva Tarma !!!

Viva el Perú !!!
 
COMBATE DEL DOS DE MAYO (VIDEO)
 



BIBLIOGRAFIA:

1)      Gral. DELLEPIANE , CARLOS : “Combate Naval del Callao”, CENTENARIO DEL COMBATE DEL 2 DE MAYO DE 1866 EN EL CALLAO, APUNTES HISTÓRICOS.  Comisión Nacional del Centenario Lima, 1966. Imprenta del ministerio de Guerra, Lima – Perú, 1966.

2)      Albarracín Chevez, Jorge y Col. COMISIÓN PERMANENTE DE HISTORIA DEL EJERCITO : “CÁCERES”, Studio Digital Editores, Primera Edición Setiembre del 2014 – Lima Perú.

3)      Basadre Grohmann, Jorge : Historia de la República del Perú (1822-1933), Editorial Amauta impresiones Comerciales S.A.C., Producciones Cantabria S.A.C., Abril 2015.

4)      Paz Soldán,Felipe : “Discurso de orden pronunciado en el 75 aniversario del glorioso Combate del Dos de mayo de 1866, BENEMERITA SOCIEDAD FUNDADORES DE LA INDEPENDENCIA, VENCEDORES DEL 2 DE MAYO DE 1866 Y DEFENSORES CALIFICADOS DE LA PATRIA, PRIMER CENTENARIO, Talleres Gráficos del Servicio de Prensa y Propaganda y Publicaciones Militares, Setiembre de 1957. Lima-Perú.

5)      Urrea, José Celedonio : “Una página gloriosa para la historia del Perú o El 2 de mayo de 1866”, SEGUNDA EDICIÓN Corregida y aumentada por el autor. Imprenta Dirigida por  J. R. MONTEMAYOR MELCHORMALO — HUALLAGA 139 – Lima 1866.