sábado, 28 de febrero de 2015

ODRIA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER


ODRIA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER

(Un presente en el dìa internacional de la Mujer,  8 de marzo)

Dr. Moisès Tacuri Garcìa

 

“El alma de una mujer es la obra maestra de la creación”

Confucio (551-479 a.C.).

 

Quiero dedicar este artículo a todas la mujeres de Tarma y del Perù entero, a esa mujer trabajadora que es padre y madre a la vez, a esa mujer que labra la tierra al igual que los varones, a esa mujer intelectual que disputa de igual a igual en cualquier nivel donde se encuentre, a esa mujer que desafìa las leyes de la naturaleza y no se deja vencer por nada de lo que tenga al frente, a esa mujer que hace maravillosos nuestros días, a esa mujer indispensable en nuestra sociedad pero que por el patriarcado, que nació con la aparición del hombre mismo, siempre fue relegada injustamente a un segundo plano en los albores de nuestras civilizaciones.

Sin embargo con el paso del tiempo y gracias a tantas mujeres luchadoras a nivel mundial poco a poco la mujer ha ido creciendo en el seno de nuestra sociedad y se ha convertido en un elemento sumamente indispensable y con todas las mismas capacidades y hasta màs que los varones mismos, tal es asì que han conseguido a punta de esfuerzo y perseverancia su reinvindicaciòn mundial al consagrar cada 8 de marzo como el dìa “Internacional de la Mujer”.
Este magno dìa tiene como reseña histórica los siguientes datos :
1913
Rusia. El 17 de febrero (2 de marzo en el calendario occidental), las mujeres rusas celebran por primera vez el Día Internacional de la Mujer bajo la denominación de Día Internacional de las Obreras. Se produce una fuerte represión de la policía zarista y algunas de las organizadoras son deportadas a Siberia. Esta manifestación se realiza bajo las banderas del movimiento pacifista en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
1914
Europa. El 8 de marzo se realizan diversos actos en Alemania, Suecia, y Francia. En Alemania la actividad se centra en jornadas de protestas contra la guerra, el militarismo y el derecho al sufragio.
1915
Dinamarca. Oslo. Un gran contingente de mujeres sale a las calles el 8 de marzo para repudiar la Primera Guerra Mundial.
1917
Rusia. 23 de febrero (8 de marzo en el calendario occidental). En plena guerra, las mujeres de San Petersburgo, contrariando las órdenes de las dirigencias de los partidos, realizan una manifestación pidiendo pan y el regreso de los combatientes. Esta manifestación, a la que se unen trabajadores y estudiantes, es considerada por algunas historiadoras como el detonante de la Revolución Rusa. Cuatro días más tarde, el Zar abdica y el Gobierno Provisional otorga a las mujeres el derecho al voto.

8 DE MARZO INSTITUIDO
A partir de entonces, el 8 de marzo queda instituido como Día Internacional de la Mujer Comunista y se celebrará con gran despliegue en todos los países de la órbita comunista, especialmente a partir de los años veinte, con el nombre de Día Internacional de la Mujer. En Occidente, serán los partidos Socialistas los que convoquen a esta celebración.
El conseguir ser consideradas para el sufragio de las mujeres en Amèrica latina es como sigue:

CRONOLOGÍA DEL DERECHO AL VOTO FEMENINO EN AMÉRICA LATINA:
1924 Ecuador
1932 Brasil
1932 Uruguay
1934 Cuba
1939 El Salvador
1942 República Dominicana
1944 Jamaica
1945 Guatemala
1945 Venezuela
1945 Panamá
1947 Argentina
1949 Costa Rica
1949 Chile
1952 Bolivia
1953 México
1954 Colombia
1955 Perú
1961 Paraguay.

En el Perù (como se aprecia en el cuadro) tuvieron que pasar muchos años para que al fin durante el gobierno de nuestro general Tarmeño Manuel A. Odrìa, se reinvindique a la mujer que hasta ese entonces era muy discriminada y se le había negado el derecho a sufragar, cuentan todas las crònicas que en el Perú, por el peso de una sociedad aristocrática y oligárquica, la mujer fue abiertamente marginada en la política. No debe, sin embargo, dejar de anotarse que hubo intentos de pequeños núcleos aislados de mujeres que pidieron el voto femenino aunque restringido. Fueron las primeras socialistas mujeres, María Jesús Alvarado y Adela Montesinos, quienes plantearon como un derecho también de las mujeres el voto universal para todos, sin restricción. En la segunda década del siglo conformaron el grupo "Evolución femenina", que tenía como sustento luchar en pro de la cultura y derechos de la mujer. Otras como Zoila Aurora Cáceres y Elvira García y García luchaban, a su vez, por la educación general y el derecho al voto.
 Fue, sin embargo, en los cruciales años '30, cuando la discusión sobre los derechos de la mujer se plantearon de manera más abierta. En el Parlamento, los grupos oligárquicos se opusieron al voto femenino al igual que al de los analfabetos; los apristas abogaron por el voto calificado, es decir, sólo a las mujeres que trabajan; y los socialistas, como Alberto Arca Parró, defendieron el voto femenino irrestricto, señalando sus reservas sobre la aplicación inmediata de dicha medida por las condiciones de inmadurez en que se encontraban las mujeres. Magda Portal, la poetisa y luchadora aprista de primera hora, tuvo una voz disidente en su partido. Más tarde, por su vanguardismo incómodo para la dirigencia, dejó las filas apristas. Finalmente, el Congreso Constituyente otorgó el derecho al voto para la mujer sólo para la elección municipal. Pero, ésta no se realizó sino hasta 1963. Los gobiernos de Sánchez Cerro (1931). Oscar R. Benavides (1936), Manuel Prado (1939) y José Luis Bustamante Rivero (1945) no cambiaron la situación de los derechos políticos de las mujeres.
Volviendo al gobierno de nuestro Hijo predilecto, fue que el año de 1955 promulga la LEY QUE OTORGA EL VOTO A LA MUJER, LEY Nº12391,  luego de que este fuera sancionado por las cámaras legislativas (En ese entonces el poder legislativo peruano era bicameral es decir había una cámara de diputados y una de Senadores ), el texto de la ley es el siguiente:

“LEY Nº 12391.

EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
POR CUANTO :
El Congreso ha dado la ley siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPUBLICA PERUANA

Ha dado la ley siguiente:

Artìculo único .- Sustitùyanse los artículos 84º, 86º, 88º. De la Constituciòn Polìtica del Estado por los siguientes:
Artìculo 84º.- Son ciudadanos los peruanos varones y mujeres mayores de edad, Los casados mayores de 18 años y los emancipados.
Artìculo 86º.- Gozan de Derecho de sufragio los ciudadanos que sepan leer y escribir.
Artìculo 88º.- El  Poder Electoral es autónomo. El registro es permanente, la inscripción y el voto son obligatorios para los ciudadanos hasta la edad de setenta años, y facultativos para los mayores de esa edad.
El voto es secreto.
Es Sistema de Elecciones darà representación a las minorías, con tendencia a la proporcionalidad.
Comunìquese al Poder Ejecutivo para su promulgación.

Casa del Congreso, en Lima a los cinco días del mes de setiembre, de mil novecientos cincuenta y cinco.

HECTOR BOZA, Presidente del Senado.
EDUARDO MIRANDA SOUZA, Presidente de la Càmara de Diputados.
EDUARDO FONTCUBERTA, Senador Secretario.
FERMIN CARRION MATOS, Diputado Secretario.

AL SEÑOR PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA.

POR TANTO:

 Mando se publique y cumpla.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los siete días del mes de setiembre de mil novecientos cincuentaicinco.

“MANUEL A. ODRIA”.

Tuve la suerte de encontrar en un archivo del Diario “El Comercio” del Jueves 08 de Setiembre de 1955, la foto histórica donde se refrenda todo lo referido, momento importante donde se aprecia al Presidente Constitucional del Perú, el Gral. Manuel A. Odría promulgando la ley en mención donde al fin la mujer tendría el mismo derecho al sufragio que los ciudadanos varones.


(El General Manuel Arturo Odrìa Amoretti, Presidente Constitucional del Perù, firmando y promulgando la ley que reinvindica a la mujer peruana en su derecho al libre sugfragio)

Sabemos todos nosotros, como Tarmeños que somos, que nuestro General tuvo, tiene y tendrá muchos detractores, porque estos elementos como el mismo General Odrìa los llamò : “Malintencionadas especies” o adversarios políticos, siempre existieron y existirán, sin embargo para el màs hondo dolor de todos ellos,  todas las gestiones se miden por RESULTADOS, el resto son solo palabras y el hecho de haber dado el voto a las mujeres habla mucho de todo lo que fue Odrìa como Presidente del Perù, hombre ìntegro y cabal, justo y equilátero, con amistades en las màs altas esferas del país, asì como amigo de los màs humildes. Odrìa será recordado por siempre como el hombre que puso a nuestras mujeres peruanas, con toda la justicia que ellas se merecen, en las mismas condiciones para ejercer su derecho político y en todas las actividades de la vida humana.

 
FELIZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER, UN ABRAZO FRATERNO Y TODA NUESTRA GRATITUD PARA ESE PERSONAJE MARAVILLOSO QUE CAMINA EN IGUALDAD DE CONDICIONES AL LADO NUESTRO, POR SIEMPRE !!!.

BIBLIOGRAFIA:
1) Tuesta Soldevilla Fernando : " El Voto Femenino", Revista CARETAS, 2 de Octubre, 1997 - N° 1485.
2) Di Chiara, Roberto : "Vota por primera vez la mujer en Perú en 1955", Blog QOTO, 7 de Setiembre del 2010.
3) Orrego Penagos, Josè Luis : Blog RUMBO AL BICENTENARIO.
4) Wikipedia : DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER.
5) Mac Lean Estenòs, Percy : "Historia de una Revoluciòn", Cap. XIV; Odrìa, El hombre de su pueblo, pags 177-182, Editorial E.A.P.A.I. Buenos Aires - Argentina 1953.
6) El Siglo XX en el Perù a Travès de EL COMERCIO, Tomo VI - 1951/1960, Pag 26-27, Empresa Editora El Comercio S-A. Lima -  Perù, año 2000.

sábado, 21 de febrero de 2015

JOSE GALVEZ MORENO, EL HEROE OLVIDADO DE TARMA.


JOSE GALVEZ MORENO, EL HEROE OLVIDADO DE TARMA

(En el dìa de su Natalicio, 18 de Febrero de 1850)

Dr. Moisès Tacuri Garcìa

 

“El patriotismo es la cuna del sacrificio.
 Por esta sola razón no se dan las gracias
 cuando uno cumple con su deber”.

Lajos Kossuth (1802-1894) Político y patriota húngaro.

 
Hablar de Josè Miguel Galvez Moreno, es hablar de patriotismo puro, es hablar de linaje de patriotas, es hablar de amor al Perù, es hablar de aquella Tarma de arboledas, es hablar de ese paradigma que tanta falta nos hace actualmente como ciudadanos tarmeños, pero asimismo hablar de Josè Miguel Galvez Moreno es hablar de una inmensa ingratitud hacia este gran personaje como hijos de Tarma que somos, es hablar de aquella omisiòn que progresivamente va cubriéndose de olvido injusto y creciente que las nuevas generaciones, acaso por culpa nuestra, prodigan a este gran hombre de oro de Tarma.

Quiero en un intento primario rescatar de los anaqueles de la historia empolvada por el tiempo a este ilustre personaje al cual Tarma le debe brindar un justo reconocimiento que desde hace décadas verdaderamente se lo merece.

La historia de su egregia vida empieza en la ciudad de Tarma, un 17 de Febrero de 1850, cuando Josè Galvez Moreno abre los ojos en el lìmpido cielo azul tarmeño, hijo de José Gálvez Egúsquiza (político y héroe del combate del Dos de Mayo del Callao) y de la matrona tarmeña Ángela Moreno y Maíz. Siendo esta bella dama la razón por la que su padre, Cajamarquino de nacimiento, se afincara en nuestra ciudad.

Sus estudios escolares los realizò en el Colegio Guadalupe en la ciudad de Lima toda vez que por el cargo y profesión de su padre ameritaba estar en la capital, ingresó a la Escuela Naval y se recibió de guardiamarina en 1865. Presto servicio en la fragata América y luego en la fragata Apurímac, a bordo de la cual luchó en el combate de Abtao, siendo promovido a alférez de fragata en abril de 1866.

Después del combate del 2 de mayo de 1866, asistió al reconocimiento de los restos de su padre, logrando identificarlos. Poco después dejó el servicio y pasó a estudiar en el extranjero. Se reincorporó en octubre de 1870 y completó sus estudios en la Escuela Naval. En junio de 1871 pasó a servir en la corbeta Unión. En octubre de 1872 viajó a Inglaterra como miembro de la comisión encargada de supervisar la construcción de las cañoneras Chanchamayo y Pilcomayo.

Debido a la crisis que atravesaba por entonces la marina peruana, Gálvez ofreció sus servicios a la Armada Británica y fue aceptado. Intervino en numerosas acciones bélicas, en las que se distinguió. Pero solicitó su baja al iniciarse la Guerra del Pacífico y volvió al Perú, reincorporándose a la marina peruana. Formó parte de la dotación del monitor Atahualpa en la que tuvo destacada actuación en la defensa del puerto del Callao.

Cuando el presidente Mariano Ignacio Prado viajó a bordo del Paita en diciembre de 1879 con rumbo a Estados Unidos y Europa, para gestionar la remisión de armamentos, José Gálvez Moreno lo acompañó, conjuntamente con Jorge Tezanos Pinto y Celso Zuleta, pero al llegar a Nueva York se enteraron que el presidente había sido depuesto por la revolución de Nicolás de Piérola. Gálvez permaneció dos meses en Estados Unidos en comisión de servicio, y al retornar al Perú se embarcó nuevamente en el monitor Atahualpa, por disposición superior del 14 de marzo de 1880, a órdenes del comandante Juan José Raygada.

Su acción màs heroica ante los enemigos del Sur fue en el Combate del 25 de mayo de 1880 entre la torpedera chilena “Janequeo” y la lancha peruana “Independencia”, esta última comandada por José Gálvez.

Al aparecer la escuadra chilena en el Callao, desde el 10 de abril de 1880, el puerto quedó bloqueado, la plaza cortada en sus comunicaciones por la vía marítima, y sometida esta parte del litoral a la vigilancia enemiga. Al iniciarse los bombardeos el 22 de abril, José Gálvez participó activamente en la defensa. En la noche del 24 de mayo, fue destinado al servicio de ronda en la rada del Callao, a bordo de la lancha Independencia. Después de tres horas de patrullaje, cuando regresaba a su base, a las dos de la madrugada del día 25, trabó combate con las lanchas chilenas “Guacolda” y “Janequeo”. En estas circunstancias, el cañón de la Independencia se descompuso y la ametralladora se averió. La Independencia llevaba un torpedo de 100 libras de pólvora. En un instante el practicante de medicina Manuel S. Ugarte (Segundo al mando) aprovechando la agilidad y fortaleza que el deporte le había dado (toda vez que era un gran nadador), cargó y lanzó el artefacto a la cubierta de la embarcación enemiga no sin antes haberlo encendido tras cortar la mecha con la ayuda del cabo Emilio San Martín; luego Gálvez de acuerdo a lo simultáneamente convenido hizo fuego sobre el torpedo, consiguiendo que estallara al segundo disparo. Como resultado, la “Janequeo” se hundió y la “Independencia” de Galvez y sus hombres zozobró. Ugarte y San Martín (más próximos al estallido) murieron en el acto, mientras que a Gálvez la explosión le alcanzó en el aire y lo empujó al mar, siendo rescatado por el marinero Pedro Villanueva, que lo mantuvo a flote. Poco después llegó la otra embarcación chilena, la “Guacolda”, que recogió a los sobrevivientes.

la tripulación de la lancha “Independencia” el día del combate era: guardiamarina Emilio San Martín, practicante de medicina Manuel Ugarte, 9 tripulantes del monitor Atahualpa (Ramón Caso, Mayordomo de 2° Cámara; John Mc Donald, Cabo de Mar, norteamericano; Andrés Gouden, Timonel de combate, francés; y los marineros Eleuterio Medina, Maximiliano Mondragón, Pablo Villanueva, Francisco Villalva, Felipe Castillo y Eduardo Rivera) y 4 tripulantes del transporte Rímac (Pedro Falcón, 4° Ingeniero; José A. Grandall, Ayudante de Máquina, y los fogoneros Diego Martínez y Sebastián Heredia).

 La torpedera Guacolda recogió a siete náufragos peruanos, que fueron Josè Gálvez, Medina, Mondragón, Villanueva, Falcón, Grandall y Martínez, que fueron tomados prisioneros. Fueron rescatados por los buques neutrales Rivera, Castillo, Mc Donald, Caso, Villalva y Herrera, los últimos 3, heridos. Murieron Emilio San Martín, Manuel Ugarte y Andrés Gouden.

Cuenta el propio Josè Galvez Moreno , sobre este acto heroico, en un reporte dado Al señor Capitán de navìo, Mayor de órdenes del departamento: 

“Lima, Mayo 29 de 1880.

Señor Capitán:

Cumplo con el deber de poner en conocimiento de V. S. lo ocurrido en la noche del 24 del presente mes, mientras desempeñaba la comisión que se me confió por la mayoría, poniendo a mis órdenes la lancha a vapor Independencia.

A las 11 P. M. tomé el mando de la lancha, teniendo bajo mis órdenes al guardiamarina San Martín y 13 hombres más, entre maquinistas, timonel y gente de mar, habiéndose embarcado también el practicante de medicina don Manuel Ugarte, que había obtenido permiso para acompañarme en esa expedición.

Desde las 11 P. M. hasta las 2 A. M. nada ocurrió de extraordinario, y estando a esa hora cumplido el encargo que había recibido, me disponía a regresar, cuando noté que una lancha chilena se dirigía del cabezo de la isla al lugar donde se hallaban los buques neutrales. Como era de mi obligación, avancé sobre esa lancha y disparé sobre ella por cuatro veces el cañón que llevaba. Desgraciadamente los cáncamos faltaron y el cañón quedó inutilizado, para nuevos disparos.

La lancha chilena, de mucho mayor andar que la nuestra, se puso fuera de nuestro alcance y ordené entonces la retirada. Algunos momentos después divisé que la lancha que había perseguido, acompañada de otra de mayor porte y de dos chimeneas, se dirigían contra la mía, cortándole la retirada. El mayor andar de esas lanchas les permitió realizar su propósito y en pocos momentos las tuve al alcance de tiro de fusil. En el acto ordené hacer fuego con la ametralladora de mi embarcación y con los fusiles que llevaba; mas, por una nueva fatalidad, la ametralladora se descompuso y me encontré sin medios de ataque contra un enemigo más fuerte, y que se aproximaba con gran rapidez.

Con la lancha llevaba un torpedo del peso de 100 libras de pólvora común, y sin perdida de tiempo y ayudado por el señor Ugarte prendí la mecha aplicándole la luz de la lámpara, y mantuve en peso el torpedo hasta que la proa de la más grande de las lanchas chilenas tocó con la popa de la nuestra. El señor Ugarte y yo lanzamos el torpedo sobre la cubierta de la lancha enemiga, y como se me ocurriese que la mecha de 5 minutos podía dar tiempo para que la cortasen o para que arrojasen al agua el torpedo y quedase sin resultado mi proyecto de hacer volar esa embarcación, hice fuego sobre el torpedo con el arma que tenía, consiguiendo que estallase al segundo disparo.

El señor Ugarte y yo fuimos lanzados con la explosión al fondo de nuestra lancha, y aunque yo quedé aturdido con el golpe, sentí que los enemigos nos hacían fuego con sus ametralladoras. A los pocos minutos el agua inundaba los fondos de la Independencia, y comprendiendo yo que zozobraba intenté desembarazarme del capote y ropa de abrigo que llevaba; el marinero Pablo Villanueva que solo había sufrido una ligera contusión, me ayudó a desembarazarme de esas prendas, pues a mí me habría sido imposible hacerlo. La Independencia se sumergió arrastrándonos consigo; mas, por fortuna mía, luego que tocó fondo pude con grandes esfuerzos llegar a la superficie, de donde fui tomado pocos momentos después por un bote chileno.

Con la cara y las manos quemadas por la explosión del torpedo, ciego y casi sordo en los primeros momentos y muy estropeado con la caída, apenas podía darme cuenta de lo que pasaba. Llevado al Blanco Encalada, fui trasladado esa misma mañana al Kielder Castle, habiendo recibido en ambos buques los auxilios que mi estado requería.

Entre los mismos chilenos que me dirigieron la palabra se encontraba el teniente señor Señoret, quien me dio la noticia de que la lancha que él mandaba se había ido a pique junto con la mía; pero que más afortunado que yo, solo tenía una ligera herida en el brazo.

No puedo dar razón segura de los daños causados al enemigo, pero por nuestra parte tengo la triste certidumbre de que hemos perdido al intrépido señor Ugarte, guardiamarina señor San Martín y algún otro más, pues en el fondo de la Independencia hábil tres cuerpos que sentí junto a mí al zozobrar la embarcación y que no habrán podido salir.

Deber mío es, señor mayor de órdenes, recomendar al Supremo Gobierno por el digno órgano de V. S., el buen comportamiento de los tripulantes de la Independencia, pues todos ellos cumplieron con valor su obligación, distinguiéndose el practicante señor Ugarte, que no vaciló en sacrificarse ayudándome a arrojar el torpedo que destruyó la lancha chilena y la nuestra, antes que ésta fuera presa o destruida por los enemigos.

También debo recomendar al marinero Pablo Villanueva, pues en momentos de zozobrar la Independencia, arrostrando los fuegos enemigos que se hacían sobre nuestras cabezas, porque las lanchas chilenas, mucho más altas que la nuestra, nos dominaban por completo, ofreció sacrificarse conmigo y contribuyó a salvarme la vida.

V. S. se servirá elevar este parte al conocimiento del Supremo Gobierno, quedándome la satisfacción de haber hecho por mí parte cuanto he podido para cumplir mis deberes de marino y de ciudadano.

Dios guarde a V, S.

No pudiendo firmar por tener heridas las manos; lo hace a mi ruego mi hermano don Justiniano A. Gálvez.

Por José Gálvez, teniente 2º de la dotación del Atahualpa,

JUSTINIANO A. GALVEZ,

Al señor Capitán de navío, Mayor de órdenes del departamento.”

Gálvez gravemente herido fue llevado a la cubierta del acorazado “Blanco Encalada”. Tenía el rostro y las manos quemadas, sin cabellos, la nariz y la clavícula rotas, y un fierro atravesado en el brazo. También sufría de ceguera temporal. Al saberse que se trataba del hijo del héroe del 2 de mayo Josè Galvez Egusquiza, los chilenos, recordando que alguna vez pelearon Chile y Perù juntos ante una escuadra Española, no quisieron que muriera a bordo del buque insignia de la armada chilena, y lo devolvieron al Callao, canjeándolo por un prisionero chileno.

Refiere textualmente la crònica Chilena hecha por Galvarino Riveros al Señor Ministro de Marina de Chile, lo siguiente  :  “… La postración en que se halla el oficial herido (Se referìa a Josè Galvez Moreno) , con la cabeza abrazada, roto un brazo y talvez dañado interiormente a causa de la explosión del torpedo, no permitía exponerlo a las molestias de un viaje; y he creído preferible, obedeciendo a un sentimiento de humanidad, el ponerlo a disposición de la autoridad de esta plaza. He indicado, sí, la condición de que ese oficial sea canjeable durante esta guerra si se presenta el caso de poder efectuarse ese canje…”

Dicho canje se efectuó sin mayores inconvenientes  . Al traérsele a Galvez al Callao oyó voces amigas (pues no veía) y preguntó:

¿Dónde estoy?

El guardiamarina Carreño le respondió:

“Con peruanos mi teniente”

“Gracias a Dios que puedo hablar”

 

Por esta acción, José Gálvez se transformó en un héroe viviente. Por Resolución Legislativa del 25 de octubre de 1891, se le dio a José Gálvez una pensión vitalicia de S/. 200 mensuales, a los herederos del practicante de medicina Manuel Ugarte una pensión de S/. 100 mensuales y a Martina Peña, madre del guardiamarina Emilio San Martín, una pensión vitalicia de S/. 50 mensuales

Gálvez se recuperó tras largo y cuidadoso tratamiento y por Decreto Supremo del 28 de mayo de 1880, suscrito por Nicolás de Piérola, se le otorgó la Cruz de Acero de segunda clase. Siguió luchando contra el invasor junto al general Andrés Avelino Cáceres en la Campaña de la Breña, formando parte de la famosa “ayudantina” o grupo de jóvenes oficiales que oficiaban de ayudantes del “Brujo de los Andes”. En 1882 fue ascendido a capitán de corbeta.
(Ayudantina del General Andrès Avelino Càceres, donde se aprecia a Josè Galvez Moreno, señalado por la flecha, esta ayudantina estaba conformada por patriotas y era el grupo que decidìa de la mano de Càceres las acciones militares a tomar durante la Resistencia de la Breña)

Finalizada la guerra, Gálvez continuó actuando en la Marina de Guerra del Perú, alcanzando la clase de capitán de fragata en 1885.

Sin embargo no todo acabò con el “Tratado de Ancòn”, firmado por el diplomático peruano José Antonio de Lavalle, y su similar chileno, el embajador Jovino Novoa, ante la anuencia del General peruano Miguel Iglesias y que puso fin, aparentemente, al conflicto con los chilenos.

Andrès Avelino Càceres,  nunca estuvo de acuerdo con la Decisiòn de Miguel Iglesias por lo que habrìa que entrar a una etapa de lucha fratricida entre peruanos, pero lamentablemente necesaria en esas circunstancias, pues este tratado tenía puntos verdaderamente humillantes como eran :

1.- Cesión de la provincia peruana de Tarapacá con Iquique y la faja costera boliviana con Antofagasta y Cobija.

 2.- Pago de una compensación de guerra de 20 millones de pesos.

 3.- Devolución de las propiedades confiscadas por Perú y Bolivia a ciudadanos chilenos.

 4.- Devolución del barco de transporte chileno Rimac, capturado por un barco de guerra peruano.

 5.- Anulación del tratado secreto existente entre Perú y Bolivia y renuncia a la formulación de una Confederación Perú-Boliviana.

 6.- Derecho de ocupación del territorio peruano de Moquegua, Tacna y Arica hasta el cumplimiento de las condiciones antedichas.

7.- Obligación del Perú de no transformar Arica en plaza fortificada.

 Ante ello Càceres indignado se levantò en armas contra Iglesias, con el apoyo de un gran número de patriotas peruanos en su mayoría del Centro del Perù, entre ellos Josè Galvez Moreno, y el cual destacó en otra hazaña: Encabezando a un puñado de jóvenes valientes se apoderó de una locomotora y diez vagones cargados de armas, municiones y víveres, en la aldea de Chicla (un 25 de noviembre de 1885).

 En dicho tren capturado, Cáceres marchó con sus tropas a Lima y derrocó a Iglesias.
Gálvez desempeñó también la Subprefectura e Intendencia de Policía de Lima y fue elegido diputado por la provincia de Hualgayoc.

Josè Galvez Moreno tuvo un trágico final en una de las salas del Club de la Unión, dejando una viuda (Enriqueta Evens Evens, de nacionalidad británica) y cinco hijos.
Por todo lo antedicho, Josè Miguel Galvez Moreno, debe de tener un reconocimiento que verdaderamente vaya de acuerdo a todo lo que diò al Paìs.  Un busto puesto por los oficiales de la Marina de Guerra del Perù en la plaza de Armas de Tarma en el año de 1971, fuè retirado y actualmente yace en un rincón de la entrada de nuestro Municipio Tarmeño en un lugar nada decoroso, pidiendo silenciosamente ponerlo en el lugar que este gran hombre de Tarma y el Perù, verdaderamente se lo merece.

Gloria a nuestro ilustre héroe tarmeño, Don Josè Miguel Galvez Moreno, en el dìa de su cumpleaños, 17 de Febrero de 1850 !!!

BIBLIOGRAFÌA :

1)      “Josè Galvez Moreno, Biografìa”, Wikipedia, la enciclopedia libre : http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_G%C3%A1lvez_Moreno

2)      Linares Mascaro, Ernesto : “José Gálvez y el combate del 25 de mayo de 1880”, Blog Variedades : http://elinaresm.blogspot.com/2010/05/jose-galvez-y-el-combate-del-25-de-mayo.html

3)      Palomino Vega, Alejandro : “La participación de los Tarmeños en la Guerra con Chile”, Editorial Dennis Morzàn , lima 1976.

4)      Galvez Barrenechea, Josè : “Obras Completas”, Editorial OKURA EDITORES, lima 1985.

5)      Basadre Grohmann, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición, corregida y aumentada. Tomo 7, pág. 1845; tomo 8, pág. 1991. Editada por el Diario "La República" de Lima y la Universidad "Ricardo Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.
 

 

6)     Saona, Jonatan : CAPITÁN DE FRAGATA JOSÉ GÁLVEZ MORENO, Ayudante de Cáceres en La Breña. Direcciòn Web :  http://gdp1879.blogspot.com/2009/01/jos-glvez-moreno.html
 
 

 
 
                   (Plaza Josè Galvez Egùsquiza en el Callao, Plaza en honor al padre de Josè Galvez Moreno,recibiendo un justo homenaje departe de la Marina de Guerra del Perù por su inmolaciòn por la patrìa en el combate del 2 de Mayo de 1866,
y en Tarma?)
 
 
 (Otra vista de la Plaza Josè Galvez Egùsquiza en el Callao-Perù, ciudad que rinde honores al hèroe Cajamarquino del Combate del 2 de Mayo, casado con la ilustre dama tarmeña Angela Moreno de Galvez, ambos padres de Josè Miguel  Galvez Moreno a quièn va dedicado el artìculo)