15 y 16 DE JULIO DE 1882, TARMATAMBO Y SAN JUAN CRUZ, LAS EFEMÉRIDES
TARMEÑAS OLVIDADAS.
Dr. Moisés Tacuri García.
Ya se habían consumado las Victorias de Concepción, Marcavalle, Pucará
ante los Chilenos por parte de las Tropas de Andrés Avelino Cáceres compuesta
por militares y civiles que conformaban las Guerrillas o también llamados
“Breñeros”, Las tropas Chilenas se habían replegado hacia Tarma para luego huir
con destino a La Oroya, Chicla y luego a Lima.
Concepción, uno de los triunfos más significativos de la Campaña de la
Breña, de parte de las tropas peruanas comandadas por "El Brujo de los
Andes", Andrés Avelino Cáceres
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El General Andrés Avelino
Cáceres continuaba desde Huancayo pisándole los talones al Coronel Chileno Del
Canto y sus tropas que huía, el grueso del enemigo llegó hasta Tarma casi
exhausto y para cubrirse dejó una compañía del Batallón “Lautaro”, en
Tarmatambo como retaguardia.
Mientras el plan de las filas
peruanas era el plan “Cerco”, es decir asediar al enemigo en Tarma, cerrándole
las rutas de escape, obligándolos hacer frente a las demostraciones e
incursiones de las guerrillas.
Soldado del Batallón de Infantería de la Guardia Nacional Movilizada "Lautaro"de Chile en Tarma Tambo. (Imagen cortesía de Jorge Ojeda). |
Por otro ladro el plan Chileno,
era el “Plan Fuga”, es decir viendo que se avecinaba una derrota inminente (de
lo contrario habrían enfrentado a las Tropas de Cáceres), Del Canto diseñaba un
ardid para Salir de Tarma en secreto a las doce de la noche con toda la
División para alcanzar lo antes posible la Oroya , luego Chicla y llegar
finalmente a Lima para evitar su destrucción, donde se encontraba el grueso del
Ejército Chileno ocupando la Capital.
Las tropas del General Cáceres o
Ejército del Centro la conformaban el “Batallón de infantería Tarapacá”, El
Batallón de Infantería Zepita”, El Batallón de Infantería “Izcuchaca” y las
fuerzas de Guerrillas, conformados por campesinos del Valle del Mantaro que se
unieron a su gesta así como civiles provenientes de Tarma y Distritos. Estas
tropas estaban dotadas de armamento (fusiles, escopetas, carabinas) las Tropas
de línea y las fuerzas de Guerrillas en reducido número tenían armas, en su
mayoría estas última poseían hondas, trinches, rastrillos y armamentos
rudimentarios como todo equipamiento bélico.
Guerrillas peruanas de la Guerra del Pacífico
nótese lo rudimentario de sus armas, pero si con
gran coraje y valor por defender al Perú.
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Las fuerzas enemigas Chilenas,
llamadas el Ejército Expedicionario del Centro, estaba bajo el comando del
Coronel Estanislao Del Canto, el Teniente Coronel Eulogio Robles, el Teniente
Coronel Marcial Pinto A. y el Mayor José Dañin, el Teniente Coronel Rafael
Castillo, el Teniente Coronel Domingo Castillo y el Teniente Coronel José M.
Alcérreca. Estas fuerzas estaban compuestas por el “Batallón Lautaro”, “Batallón
Chacabuco”, “Batallón Tacna 2° de línea”, "Regimiento de Artillería N°1",
"Batallón Santiago" y el "Regimiento de caballería Carabineros de Yungay". El
Ejército Invasor estaba dotado de fusiles calibre único : Comblain las unidades
de infantería y carabinas Winchester las unidades de Caballería, la artillería
contaba con cañones Krupp de fabricación alemana modelo 1881 (de última
generación por aquel entonces). (1)
Tarma de antaño, donde por su buena ubicación geográfica, el caudillo de la
resistencia peruana Andrés Avelino Cáceres eligiera como Cuartel General.
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El 15 de Julio de 1882, tuvo lugar en el poblado de Tarmatambo, cuando las Tropas de Cáceres arribaron a este poblado de Tarma, las acciones de Tarmatambo donde se enfrentaron las guerrillas de la Vanguardia Peruana, al mando de Andrés Avelino Cáceres, M.Tafur, J. Gastó, Cap. Alejandro torres y breñeros del lugar versus la 4ta compañia del Batallon Lautaro de Del Canto, retaguardia del grueso enemigo que ocupaba Tarma, lucharon desde el amanecer hasta las dos de la tarde con un saldo de considerables bajas por ambos bandos.La posición momentáneamente en poder del invasor es recuperada personalmente por Cáceres al mando de una compañía del Batallón Zepita.
Los
chilenos huyen hacia Tarma. El abogado e Historiador tarmeño José Anderson
acota : “…Durante la madrugada del 15 de julio de 1882, la primera Compañía del
Batallón Lautaro acantonada en las ruinas pre incas de Tarmatambo en Tarma,
departamento de Junín, sierra central del Perú, fue cercada por elementos de la
denominada Vanguardia de las fuerzas del Coronel Juan Gastó. Este ataque era
parte de la contraofensiva del Coronel Andrés Avelino Cáceres de 1882 para
atacar, hostilizar y desalojar a las fuerzas chilenas del valle del Mantaro y
del valle de Tarma. El comandante chileno (por encontrarse enfermo el jefe
original) Subteniente Arturo Benavides Santos, recibe el grito de alarma de sus
centinelas parapetados en las ruinas. Estaban siendo rodeados por decenas de
guerrilleros. En esta acción destacan los guerrilleros de Tarmatambo Benjamín
Simeón, Tolentino Lino y Basilio Solano. Sin embargo, el Subteniente Benavides,
a diferencia del Capitán Ignacio Carrera Pinto en Concepción, logró que el
Subteniente Manuel Segundo Salas, pudiera eludir a los fusileros peruanos y
bajar a Tarma a solicitar refuerzos al Coronel Estanislao Del Canto. Benavides
era un hombre muy prudente pues supo ahorrar municiones al dar instrucciones
precisas a sus hombres quienes logran detener el ataque peruano en seis
intentos. Hay que destacar que los peruanos piden la rendición de los cercados
"Ríndanse chilenos, y los perdonamos... Si no se rinden, los matamos a
todos como en Concepción". Sin embargo, los chilenos rechazan la oferta.
El asedio dura varias horas hasta que hacia las dos de la tarde los peruanos
faltos de municiones se retiran. Benavides mantiene la calma y desestima calar
bayonetas. Hacia las dos de la tarde llegan los ansiados refuerzos de Tarma
enviados por Del Canto. Las fuerzas peruanas se han replegado hacia los cerros
y no pueden ser alcanzadas. Aparentemente la operación es un fracaso; pero el
Coronel Del Canto ordena la retirada de Tarma, y con la totalidad de sus
fuerzas se repliega hacia La Oroya, donde llega el día 17 de julio. Al rayar el
alba del 18 de julio de 1882, el Coronel Andrés Avelino Cáceres ingresa a
Tarma. Había logrado su objetivo, los chilenos se han ido. En el Valle de Tarma
y en todo el Valle del Mantaro no hay por el momento ninguna Compañía ni
Regimiento chileno. Las acciones de Marcavalle, Pucará, Concepción y Tarmatambo
quedarán en la memoria de los hijos del Perú…”
Las tropas de Cáceres en pleno combate,derroche de valor, entusiamo
y sobre todo un gran patriotismo.
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El enfrentamiento de San Juan
Cruz en síntesis fue una victoria de las Tropas peruanas de Cáceres. M Tafur. J
Gastó y del ejército de Línea de Guerrillas de Cáceres contra dos compañías
Chilenas del 2° de Línea, las cuales retrocedieron hasta Tarma donde se
Encontraba Del Canto y el grueso de sus batallones. (3).
Existe una bibliografía donde hay una reseña cedida a la Comisión Permanente de Historia del Ejército del Perú, de parte de integrantes de la Comunidad Campesina de Tarmatambo, Historia que se transmitió de generación a generación y fue recopilada por el Ingeniero Octavio Carhuamaca Rodríguez, Fortunato Vidal Pucuhuayla, Julián Barja, Hilda Quispe Mejía y varios colaboradores más, coincidiendo hestos hechos con las Memorias del Gran General Andrés Avelino cáceres.
Esta versión dice así (1): "...Del Canto huyendo del Ejército de Cáceres a mediados del mes de Julio de 1882, Del Canto buscó refugio en la Ciudad de Tarma, pasando antes por el poblado de Tarmatambo. Probablemente lo ocuparon el día 13, con bullicio y laberinto, intimidando a los laboriosos campesinos de la zona. Instalaron su campamento a orillas del riachuelo Huachác, que nace del puquial del mismo nombre...a su arribo, los invasores agotados por la larga y rápida jornada y sin provisiones - para evitar ser alcanzados por los peruanos - ingresaron prepotentemente a las modestas viviendas agrediendo a sus ocupantes y saqueando los trojes (Almacenes) de papas, maíz, trigo, etc. Y apropiándose de los caballos que encontraron. lo que quedaba, por no poder llevárselo, lo incendiaron y hasta defecaron sobre ello para que no pudieran ser aprovechados por sus dueños.
Seguidamente iniciaron la cecería de las mujeres para satisfacer sus bajos instintos sexuales, sin tener en cuenta la edad ni las condiciones de sus víctimas. Muchas de ellas procurando evitar el ultraje, recurrieron a medios dirigidos a provocar asco en sus verdugos, como pintarse la cara, brazos y piernas con hollín, masticando excesivas cantidades de coca para producir babeo, etc, son mayor éxito ante el desenfreno de las hordas atacantes. Además tomaron como rehenes a muchos habitantes, especialmente a las autoridades y principales del lugar, obligándolos a servirles y a realizar labores no acordes con su categoría, como atenciones domésticas, tareas de cocina, limpieza y mantenimiento de las caballerizas, limpieza de armamento, etc., todo ello bajo amenaza de muerte. Ante tales hechos la escasa población de ese entonces huyó a las partes altas de los cerros, produciéndose una psicosis colectiva de terror ante el invasor, fuertemente armados hasta con cañones. Uniformados con pantalones rojos, polacas negras con ribetes rojos, argelina gris en la cabeza a manera de quepis, armados de sables, bayonetas y fusiles que disparaban prontamente, obligaron a los pobladores a marchar rumbo a Pirhua Pirhua, Romate, Vicora, Misarurasha, Quitaquishuar, las cuevas de Tutumarco, escogidos como lugar de refugio, sobre todo para ancianos, mujeres y niños, los varones se enardecieron para dar pelea.
Por la noche de ese día 13 de Julio, el grueso del destacamento Chileno bajó al valle de Tarma, ocupando la ciudad. En Tarmatambo quedó una parte del Ejército Chileno con el objeto de defender la ciudad ocupada, batiendo a la avanzada del Ejército patriota. Hasta la llegada de esta, continuaron con su triste misión de saqueo y destrucción, atacando las estancias de los pequeños ganaderos ubicados en Quitaquishuar y Cerro Córdova, apropiándose del ganado, especialmente lanar y algunos vacunos que encontraron, sin oposición alguna de los propietarios, amenazados severamente y reducidos a la condición de testigos de las iniquidades llevadas a cabo el día anterior, las que prosiguieron el 14 y las primeras horas del 15, hasta que hicieron su aparición las tropas avanzadas del ejército de Cáceres sobre el Cerro Pachampajana.
A la distancia daba la impresión que las fuerzas peruanas estaban constituidas por una poderosa caballería con un buen número de soldados, las que para completar la apariencia realizaron maniobras militares en el indicado cerro, pero según varias versiones, este "poderoso Ejército a Caballo" estaba conformado en su mayor parte por una voluminosa manada de llamas, camélidos peruanos cubiertos con espejos y Quepís en las cabezas, que a la distancia engañaron a los chilenos.
Mientras que la mayoría de éstos se aprestaban a la lucha, mandaron emisarios a Tarma por refuerzos pues pensaron que sobrevendría un ataque a gran escala tanto por lo que estaban viendo como por los disparos que escucharon durante la noche anterior en las alturas de Romate (zona más cercana a Tarmatambo). Casi la totalidad se refugió y atrincheró en la ruinas precolombinas de piedra, especialmente en el lugar denominado Marka Marka, donde con sus bayonetas arrancaron las piedras de los muros y construyeron trincheras para su defensa, igual destrucción vandálica sufrieron importantes construcciones incaicas como templos y depósitos. Mientras tanto, algunos chilenos quisieron completar su acción destructora del pequeño poblado, haciendo pisotear por los caballos los sembríos que todavía no habían sido cosechados ni almacenados en los Trojes, pero que se encontraban aptos para ello.
Las fuerzas Chilenas que se encontraban en Tarmatambo estaban dirigidas por el teniente Arturo Benavides. Mientras tanto a la vista de los bravos Breñeros de Cáceres, los Tarmatambinos que habían abandonado el poblado corrieron prestos a enrolarse a las filas patriotas así tenemos los casos de Francisco Pucuhuayla Huamán, de destacados y útiles servicios a la Causa Nacional, por ser muy buen conocedor de toda la zona, quién fue designado Corneta de ordenanza. Asimismo los informantes han proporcionado algunos nombres de los muchos enrolados entre los que tenemos : Tolentino Lino, Miguel Simeón, Agustín Meléndez, Benjamín Simeón, Josefino lagos, Agustín Pucuhuayla, Francisco Canchán, Basilio Solano Púchoc, Cipriano Canchán Huisa, y muchos otros que anónimamente contribuyeron a la defensa del honor nacional.
Producido el enfrentamiento entre la avanzada del ejército patriota un 15 de Julio de 1882, reforzada por los valerosos hijos del lugar, bajo las acertadas órdenes de algunos oficiales de Cáceres y las fuerzas invasoras fuertemente parapetadas, después de un prolongado tiempo y con no pocas dificultades por la posición estratégica y fuerte armamento del enemigo, los peruanos lograron vencer su resistencia obligándolos a refugiarse, con el grueso de su ejército, en la Ciudad de Tarma, no sin antes ocasionarles muchas bajas.
al anochecer llega a Tarmatambo el General Andrés A. Cáceres con el grueso de su ejército y al enterarse del triunfo de su tropas y de los bravos Tarmatambinos, los felicita consignando el hecho en sus memorias, quedando así registrado para la posteridad.
Al día siguiente (16 de Julio de 1882), el propio Cáceres ordena que una parte del ejército ataque a los chilenos en las alturas de "San Juan Cruz", cerro que domina la ciudad de Tarma, los peruanos obtuvieron una justa victoria sobre la tiranía invasora.
"La Majtada", danza que recrea vernacularmente el paso por el Valle del Mantaro
de Andrés Avelino Cáceres y la adhesión de los heroicos campesinos del lugar.
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La Danza de los Avelinos, que evocaría a los espías disfrazados de
mendigos que enviaba Cáceres a las reuniones de los Chilenos.
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Estas dos acciones y el peligro inminente de una destrucción total, del ejército Chileno Expedicionario del Centro, obligó al jefe Chileno Del Canto a tomar una seria decisión que se materializó en si precipitada fuga hacia Lima, con todas sus tropas, en las primeras horas de la madrugadas del día 18 de Julio de 1882. Desde esa fecha quedó libre de invasores el Departamento de Junín hasta el 21 de mayo de 1883, en que volvieron a invadir Tarma en su gran ofensiva contra el Heroico ejército de Cáceres y que culminara trágicamente en la Batalla de Huamachuco..."
Existe una danza vernacular en la sierra Central llamada los "Avelinos", donde personajes andrajosos con la ropa hecho girones danzan al compás del "Auquish Capitán" o "Tayta Cáceres", esta danza tendría su origen en los espías que Cáceres enviaba disfrazados de mendigos para infiltrarse en las reuniones de los Chilenos.
La tenaz lucha de las tropas Peruanas y Chilenas, otrora tropas amigas
en la Guerra con España, luego enfrentadas por el guano y Salitre del Perú.
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Dice el mismo Cáceres en sus
MEMORIAS: ”… El 15 por la noche después de un ligero encuentro entre las
guerrillas de nuestra vanguardia con la retaguardia enemiga, llegué a
Tarmatambo, este era el momento propicio para lanzar un ataque resolvente con
el grueso de mis fuerzas y así lo concebí al instante, pero juzgando en seguida
que un combate reñido en tales condiciones iba a traer como consecuencia la
destrucción de la ciudad (Tarma), opté por asediar al enemigo, cerrándole todas
las avenidas y obligándole a hacer frente a los amagos e incursiones de los
guerrilleros, el día 16 envié un pequeño destacamento por la alturas de San
Juan Cruz que dominan la ciudad de Tarma por el Noreste, donde se engarzó en
gresca con un destacamento contrario, al que causa bajas, haciéndole retroceder
hacia la población de Tarma…”(2)(6)(5).
Andrés Avelino Cáceres ingresa triunfante a Tarma el 18 de Julio siendo aclamado por toda la población Tarmeña, posteriormente escogería a Tarma como su Cuartel General y se alojaría en el Hoy Hotel Hacienda "Santa María".
Andrés Avelino Cáceres ingresa triunfante a Tarma el 18 de Julio siendo aclamado por toda la población Tarmeña, posteriormente escogería a Tarma como su Cuartel General y se alojaría en el Hoy Hotel Hacienda "Santa María".
Tarma de comienzos de 1900, tal como era en la Guerra del Pacífico, a la cual Cáceres decidiera no atacar por que allí estaban acantonadas las tropas de Del Canto por no destruirla. |
Es así como un 16 de Julio de
1882, se escribió con sangre de nuestros patriotas peruanos y muchos Tarmeños una
página más de nuestra lucha por desocupar al ejército Invasor.
GLORIA A LOS HEROICOS
COMBATIENTES DEL EJERCITO DE LA RESISTENCIA !!!
GLORIA AL GENERAL ANDRÉS AVELINO
CÁCERES !!!
GLORIA A LOS PATRIOTAS TARMEÑOS
!!!.
VIVA TARMA !!!
VIVA EL PERÚ!!!VIVA TARMA !!!
Bibliografía:
1) Comisión Permanente de
Historia del Ejército del Perú : “LA CONTRAOFENSIVA DE 1882”, Imprenta del
Ministerio de Guerra, Primera Edición, Lima Noviembre de 1982.
2) Cáceres, Andrés Avelino :
MEMORIAS DE LA GUERRA DEL 79, Biblioteca Militar del oficial, Lima Enero de
1973.
3) Palomino Vega, Alejandro: “La
participación de los Tarmeños en la Guerra con Chile”, Editorial Dennis Morzán,
Lima noviembre del 2006.
4) Comisión permanente de
Historia del Ejército del Perú : “CÁCERES:CONDUCTOR NACIONAL”, imprenta del
ministerio de Guerra, Lima Diciembre de 1984.
5) Moreno de Cáceres, Antonia :
“Recuerdos de la Campaña de la Breña” (1881-1883), Editorial e imprenta
Sanchez, S.R.L., Jr, Moquegua 416, 113, lima, abril 2012.
6) Comisión Permanente de Historia
del Ejército del Perú : “CÁCERES”,Imprenta Studio Digital Editores, Primera
Edición, Lima-Perú, Setiembre del 2014.
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